10 dic 2013

EL LOFT

Cuando se habla de lofts, resulta obligado referirse al universo de los artistas, porque fueron ellos los primeros que iniciaron la ocupación de almacenes y talleres industriales, planteando su reconversión como viviendas y estudios.
Tal vez, el ejemplo más conocido sea el de Andy Warhol y su famosa "factory", pero la mayoría de artistas urbanos han elegido este tipo de espacios para vivir y desarrollar su obra.

Según la mitología popular, los pintores de la primera mitad del siglo vivían en pequeñas buhardillas bajo las cubiertas de París, por el bajo precio de sus alquileres o esquivando a los acreedores. Con estos espacios tan reducidos sus obras por fuerza no podían ser muy grandes, y esto ocurre con las obras de Paul Klee, Van Gogh, Juari Gris, etc.


Sin embargo, cuando vemos las obras de Pollock, Motherwell o Schnabel, se nota que estas obras no han podido ser pintadas en una pequeña buhardilla.
Muchas veces se ha hablado sobre la influencia en la historia del arte de los cambios en la composición química de las pinturas o la substitución de un tipo de cerdas por otro, pero poco se ha dicho de la repercusión del estudio del artista sobre su obra.
La principal transformación en la pintura de la segunda mitad del siglo xx es el cambio de escala y en esa transformación tiene mucho que ver el traslado del estudio de las buhardillas a fábricas y almacenes en desuso.

La otra causa de la aparición de los lofts radica en el progresivo abandono de los viejos edificios industriales por parte de las empresas que los ocupaban. Por eso, los lofts acostumbran a estar concentrados en zonas con pasado industrial como Clerkenwell, el Poblenou, el Soho, etc.

El loft es un espacio amplio, casi siempre reconvertido de un uso no residencial y a menudo con la estructura y las instalaciones a la vista. Todavía en la actualidad, un gran porcentaje de las personas que habitan los lofts son pintores, escultores, fotógrafos, diseñadores, arquitectos, publicistas, etc., aunque el loft haya dejado de ser una tipología residencial exclusiva de los artistas para generalizarse como una vivienda no convencional.
El desarrollo de las telecomunicaciones y su creciente importancia provoca que un número cada vez mayor de personas decidan trabajar desde su casa.





Las viviendas tradicionales están poco preparadas para ello. Su distribución, el tamaño de los espacios y la previsión de sus funciones hace muy complicado incorporar las actividades laborales a la este tipo de vivienda, lo cual implica su radical transformación. No sólo se necesita más espacio, sino que éste debe ser más flexible.
Por otro lado, las familias compuestas por muchos miembros son cada vez más escasas. En las grandes ciudades como Nueva York, Londres o Chicago (donde los lofts se han desarrollado con mayor rapidez) el número de familias de una o dos personas supera al de las familias tradicionales de tres, cuatro o cinco miembros. Por lo tanto, no necesitan tantos dormitorios y habitaciones privadas.


En este sentido, el loft presenta la principal cualidad de las viviendas del futuro: grandes espacios flexibles que pueden evolucionar en el tiempo según las necesidades de sus ocupantes. 

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